El invierno en Ucrania pinta duro. Y no, no por el frío.
Europa o Rusia, ése es el dilema. El país está dividido entre los que quieren
desvincularse de la dependencia de Rusia, con vistas a FORMAR PARTE de la Unión
Europea, y aquellos que no ven con buenos ojos esa europeización. Esta división
se refleja también en el aspecto geográfico: el europeísmo está presente en el
centro y el oeste del país, con la capital Kiev como máximo exponente, mientras
que la zona este y sur de Ucrania –centro industrial y minero- es territorio
prorruso.
Donbass es una de esas regiones del este a FAVOR de Rusia,
conocida por su industria y su minería, y en la que se encuentra la ciudad de
Donetsk. Ésta es la ciudad que vio nacer a dos grandes protagonistas de la
actualidad del país: Viktor Yanukóvich -presidente de Ucrania- y Rinat Ajmétov
–presidente del Shakhtar Donetsk-. Este Ajmétov fue declarado hombre más rico
de Europa en 2008, gracias al control que ejerce sobre la mayor parte de la
industria metalúrgica de la región de Donbass. Sin embargo, hay quien lo
relaciona con la mafia y con un grupo terrorista que dirigía Akhat Bragin, el
que fuera presidente del Shakhtar Donetsk hasta que, en 1995, una bomba que
estalló en el estadio durante el Shakhat-Tavria acabara con su vida. Ajmétov
tomó entonces las riendas del club, que desde ese momento no ha parado de
crecer. Ha sido y sigue siendo uno de los principales apoyos económicos del
Partido de las Regiones que lidera el presidente Viktor Yanukóvich, aunque
dicen que su relación se enfrió desde que éste llegara al poder del país, pues
desde ese momento los grupos empresariales de ambos han mantenido una fuerte
rivalidad económica. Pese a ello, hay algo que todavía los mantiene unidos: su
pasión por el Shakhtar Donetsk. El jefe de Gobierno de Ucrania es un habitual
del palco que preside Rinat Ajmétov.
El Shakhtar es un emblema de la lucha contra “la otra
Ucrania”
Este club de Donetsk está vinculado a la cultura industrial
y prorrusa de la región de Donbass –que da NOMBRE al estadio del equipo- y un
emblema de la lucha contra los capitalinos de Kiev. Con ocho títulos ligueros,
es el segundo equipo más laureado del país, precisamente después del Dinamo de
Kiev, que acumula trece. Todos los títulos que el Shakhtar ha ganado en Ucrania
–ya había ganado alguno durante la época soviética- han llegado con Ajmétov
como presidente, ganando también bajo su mandato la Copa de la UEFA de 2009.
Es paradójico que el equipo puntero de esta región tan
cercana a Rusia –en lo geográfico y en lo económico- sea la mayor referencia
del país a nivel europeo. Es también curioso que el equipo de esta ciudad de
Donetsk –tan en contra del aperturismo y donde la mayor parte de la población
es rusa- tenga diez brasileños en su plantilla y un total de catorce
extranjeros. Entre las principales ligas europeas, la ucraniana es la segunda con mayor porcentaje
de jugadores nacionales, sólo después de la Eredivisie holandesa. Otra muestra
más del hermetismo que hay en el fútbol ucraniano es que todos los jugadores
que entraron en la última convocatoria de la selección para disputar la repesca
contra Francia JUGABAN en la liga nacional. Es por esto que llama la atención
este contraste entre la población de la ciudad, de mayoría rusa y opuesta a la
Unión Europea, y su equipo, plagado de extranjeros y centrado en las
competiciones continentales.
COMO si del Telón de Acero se tratase, la división entre
defensa y ataque en el Shakhtar separa lo nacional de lo foráneo. Según la web
del club, la primera plantilla está compuesta por 30 jugadores. Entre porteros
y defensas suman 15, siendo 13 ucranianos y sólo dos extranjeros: el lateral
croata Srna, capitán y jugador fundamental en los PLANES del entrenador
Lucescu, y el brasileño Ismaily, lateral izquierdo suplente. Atravesamos ese
Telón de Acero y llegamos a la zona de ataque, donde hay otros 15 jugadores.
Aquí la excepción son los ucranianos, ya que apenas hay tres y se podría decir
que tan sólo el mediocentro Stepanenko es de los habituales en el equipo. Es
aquí donde mayor peso toman los brasileños, que ocupan todo el frente de
ataque, exceptuando la posición de medio más posicional, donde Stepanenko y el
checo Hübschman se reparten los minutos.
Tras caer derrotado el martes pasado en Manchester, el
Shakhtar ha quedado eliminado de la Champions League, por lo que el sueño de su
presidente Ajmétov de levantar la Orejona tendrá que esperar. A golpe de
talonario, seguirá luchando para alcanzar ese sueño, sin importarle llenar su
equipo de jugadores extranjeros. Muchos en Donetsk soñarán con ver sólo
ucranianos y rusos en su campo cada noche de Champions, pero de momento, esta
apertura HACIA el producto foráneo es lo que ha favorecido que el equipo se de
a conocer en Europa. El Shakhtar, con todos sus extranjeros, ha puesto a
Donetsk en el mapa, aunque a muchos en la ciudad les pese.