La había tomado con el Atlético de Madrid. Algo le llamaba
especialmente la atención en hurgar en la portería rojiblanca. Messi llevaba
diecisiete tantos en sólo nueve partidos contra el Atleti. Era, sin lugar a
dudas, el gran miedo colchonero cuando se enfrentaban sendos equipos. Hasta que
llegó Simeone. Aquel veintitrés de diciembre de 2011, Papa Noel quiso cambiar
la racha. Y regaló al vigente campeón de Liga a su actual técnico. El que le
cortó las alas a Messi.
Al Cholo le bastaron dos partidos frente al Barcelona para
cortar en seco la racha. El primero, en el Vicente Calderón, se saldó 1-2
merced a un gol de Messi en el ochenta y uno. En el segundo, ya en feudo
catalán, el crack argentino mojó por partida doble en la victoria local por
4-1. Y ahí se acabó todo. Simeone entendió que para ganar al Barcelona había
que frenar a ese hombre. Y así ha sido. Desde el dieciséis de diciembre de 2012
Messi no ha vuelto a celebrar un gol contra el Atlético de Madrid. Y ha jugado siete desde entonces. Siete partidos sin que marque el internacional argentino
son muchos. Muchísimos. Pero Simeone lo ha conseguido.
Aun así, ningún aficionado rojiblanco estará tranquilo el
domingo. Y es que, pese a la mala racha que castiga a Messi frente al Atleti,
no sucede lo mismo cuando juega contra otros equipos. Y últimamente más. Ha
marcado seis de los últimos quince goles de su equipo y lleva nueve goles en
los últimos cuatro partidos del Barcelona como local. Hasta aquí uno de los
motivos por los que la tranquilidad de los hinchas colchoneros estará alterada esta
jornada. Pero no el único.
A Messi le gusta marcar al Atleti especialmente en Liga.
Competición en la que lleva diecisiete goles en quince jornadas. En la
temporada 2010/2011 y en la 2011/2012, Messi encadenó cinco partidos ligueros
marcando a los rojiblancos con una media de dos goles por partido. En total
diez. Pero eso se acabó y, pese a que al azulgrana le gusta marcar al Atlético,
Simeone ha sabido anular a Messi en el ámbito goleador. Aunque con uno de los
mejores jugadores de la historia no se puede estar confiado.
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